Eduardo Álvarez, un joven arquitecto que sufrió un catastrófico Accidente Cerebro Vascular

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TESTIMONIO.- Mi nombre es Eduardo Álvarez, Arquitecto de profesión, dedicado a la construcción de estructuras tensadas.

El 2015 fue para mi un año muy acelerado, llevaba el trabajo intensamente, varios proyectos a la vez, la presión de los clientes ante de tiempos de entrega de suplidores del  extranjero y la logística intermediaria de aduana y sus atrasos en su sistema.

Mi vida social no era modificada por el trabajo, siempre lograba cumplir con todos los compromisos de amistades a los cuales me llamaban a asistir, salidas hasta tarde de la noche, tragos sociales, poco dormir, viajes y rumbas.

Pero a todo esto siempre fui responsable con el gimnasio, ha sido mi hobbies desde muy joven,  sumándole a todo esto stress físico mas el stress mental que llevaba.

Hasta que el martes 7 de Julio del 2015 a la 1:00 de la tarde me tocaba una rutina de pierna, dándole yo a la maquina sentadilla que es el ejercicio donde mas se somete presión al cuerpo y el ejercicio donde mas sangre mueve en el cuerpo.

Luego de terminar el set de 10 repeticiones, coloco la barra en la maquina y de inmediato siento un pequeño mareo, pidiéndole a mi compañero que me ayude a bajarme al suelo para poder descansar el “pequeño” mareo que me ocurría, al menos eso pensé. No me pude parar del suelo, no sabia que estaba pasando, notaba la boca pesada, hablaba pero tapándome la boca con mi mano derecha, estaba consciente  de todo.

Mis compañeros al ver que ese “simple mareo” no me dejaba levantarme del suelo, empezaron a preocuparse y llamaron a la ambulancia mientras tanto contactaron  rápidamente a mis hermanos, comunicándose con mi hermana que es médico, llegó rápidamente al gimnasio gracias a que estaba en su hora de almuerzo en su casa  muy cerca de donde me encontraba.

Al llegar deposité toda mi confianza en ella, no me alarmé porque sabía que estaba en buenas manos. me dijo que apretara la mana derecha y luego la izquierda, al ver que no respondía la izquierda, ordeno a la ambulancia que se dirija a Cedimat ya por los conocimientos de mi hermana sabia que era el centro medico del país donde están  mas capacitado en cardiovascular y cerebral.

Allá en Cedimat después de varios estudios siempre dentro de las 4 horas criticas para intervenir un paciente de accidente cerebro vascular (ACV) que no quede con daños severos por mas de 4 horas sin oxigeno en el cerebro.

No sabia lo que me estaba pasando con mi cuerpo, trate de estar calmado porque tenia a toda la familia llevando el caso con los doctores  y algunos amigos que lograron llegar conmigo al centro clínico. Entre los estudios que me hicieron, uno de ellos fue dentro de la impresionante maquina de resonancia  sin poder mover un pelo, una sensación horrible claustrofóbica. Nunca me había enfermado ni accidentes de ningún tipo en mi vida, ya comenzaba a impresionarme,  ahí es donde decido entregarme al Señor y que haga de mi su voluntad. De Nuevo vino la calma en mi, quedé en paz hasta después de la operación sin acordarse  de nada. Me diagnosticaron  recordando yo el informe del doctor que después leí, un “accidente cerebro vascular Maligno”. De pronto me intervinieron por un cateterismo para destruir el coágulo. Estuve en cuidados intensivos por 4 días en coma inducido.

Todo paso un martes, ya el sábado siguiente me fueron despertando poco a poco, las primeras voces que reconocía fueron la de mi madre y mi hermana cirujano que siempre estuvo ahí en dirección con los doctores, me explicaron brevemente y en pocas palabras lo que me había sucedido porque no tenia nada de conocimiento la causa de todo esto y al tener todo el tiempo a mis familiares y hermana cirujano había depositado toda mi confianza sobre ellos.

Luego en ese momento me preguntaron si yo deseaba que mis familiares y amigos entraran a la sala de cuidado intensivos donde respondí que “claro que si” y oí a la doctora diciendo que es muy buena idea para el proceso de volver al estado de alerta después del coma, recuerdo que decía que me hablaran e interactúen de mi lado izquierdo que era el afectado para despertarlo, mi mirada se iba al lado derecho involuntariamente. Toda esta energía positiva de amor y oraciones por parte de todos ellos, la sentía de una forma tal que esa situación tan grave que acababa de suceder, yo sentía como si no fuese tan fuerte. No se si es que nunca me había enfermado como para que fuera necesario ir a un hospital, no sabia cual era la sensación de estar enfermo en un hospital.

Cuando salí de allí del hospital, esta energía positiva que se me fue inyectada por todos y por sus oraciones fue lo que me empujo para tomar de inmediato el proceso de rehabilitación con las terapias que justo inicie un día después de llegar a casa.

Recuerdo oír un comentario del que yo no me había percatado de la realidad en que estaba en ese momento por mi energía positiva de sanarme y recuperarme.

De todo esto aprendí que la vida es muy corta y las cosas hay que tomarlas suavemente no importa lo acelerado que vaya el mundo, siempre estará el estrés pero hay que aprender a dominarlo y no permitir que te consuma. Que las oraciones si funcionan y que hay un Ser Supremo llamado Dios que te llama para un propósito en su reino.

El tiempo Se me ha modificado, la medida de cómo pasa, vivo de una manera mucho más aliviada, es porque estoy viviendo con más tiempo, priorizando los pequeños momentos que antes no le daba importancia y ahora no los dejo pasar.