
Por FELIZ VINICIO LORA
La verdad es que a lo largo de mi vida han pasado muchas personas, unas duran un tiempo considerable y se van, otras llegan y se esfuman y lo recuerdo como “lo que el viento se llevó”, algunas pasan “sin saber que pasaste”, pero hay personas que te marcan y te dejan un olor a quemado.
De cualquier manera que llega una persona a tu vida, es una experiencia.
Y uno de los pocos seres humanos que ha pasado por mi vida y que ha impactado de manera positiva, es Marivell Contreras, una de las personas más noble que he conocido en este difícil medio lleno de espina y bruma.
El molde donde se concibió Marivell es escaso, sus prendas personales están llenas de muchos valores y su impronta profesional está a la vista de todo.
A Marivell le debo la mitad de mi vida, porque cuando me encontraba en una camilla moribundo de un centro médico, aquel 24 de marzo del 2010 cuando fui víctima de un poderoso derrame cerebral, tuvo la fortaleza y el amor de hacer diligencias para trasladarme de ese lugar.
En lo profesional, es periodista, poeta y declamadora, gestora cultura y escritora. El más reciente documento escrito es “El primer bachatero del mundo: Calderón”, un libro de un valor extraordinario.
El valor de este libro no radica en sus 520 páginas, sino, en el aporte de la literatura de la música popular, la investigación bien hecha sobre José Manuel Calderón y la bachata, colocando en su justa dimensión al artista de la música de amargue.