
Resumen de un artículo de la serie ‘Phil Lind Initative US Studies’, publicada por University of British Columbia’s School of Public Policy and Global Affairs, a la que pertenecen personalidades como Francis Fukuyama, Susan Rice y Edward Luce
Este artículo muestra una visión del nuevo orden mundial. Apareció durante la última celebración del Foro Económico Mundial de Davos, donde un combativo Donald Trump ya anunciaba su disposición a una retirada a gran escala de Estados Unidos del orden actual. Mientras tanto, representantes de China proponían un nuevo sistema económico global en torno a Beijing, a la vez que Justin Trudeau de Canadá y Emmanuel Macron de Francia instaban a los líderes occidentales a evaluar el orden liberal actual. Pero en todos los casos, lo que se necesita más que nunca son nuevas ideas, instituciones y planos para navegar en la tormenta que puede avecinarse.
El orden liberal mundial se encuentra en un estado de descomposición. El mundo está cambiando de un estado unipolar a una realidad multipolar, y el sistema internacional está expuesto a una profunda inestabilidad. La pregunta es si los líderes mundiales son capaces de entender en toda su extensión lo que sucede en tiempo real y emprender una acción colectiva para establecer nuevas reglas.
El viejo orden liberal mundial ha servido como cimiento de la paz y la estabilidad desde 1945. Fue diseñado por Estados Unidos y sus aliados occidentales con el fin de evitar conflictos armados y el nacionalismo económico. Hoy existe una maraña de tratados y acuerdos en los que participan las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio, la Organización Tratado de Atlántico Norte y el G-20, entre otras organizaciones. Los resultados han mostrado altibajos, pero se fijaron las reglas para que se desarrolle un juego de suma positiva estable. La mayoría de países están de acuerdo en que un sistema basado en reglas es esencial para la gestión de la seguridad y del comercio, aunque existe una lucha de poder sobre quién las escribe y quién las impone. Ése es el quid de la cuestión actual, cuando el escenario ha cambiado.
El espectacular ascenso de China en las últimas dos décadas y la disminución relativa de la influencia de Estados Unidos está generando chispas. Sin embargo, la mayoría de los accidentales son vagamente conscientes de lo que está ocurriendo, porque la situación ha sobrevenido con cierta rapidez.
Veamos cuáles son los puntos que se deberían conocer:
- China está en proceso de sobrepasar económicamente a Estados Unidos, hasta tal punto, que en los próximos dos años el 35% del crecimiento que se produzca en el mundo provendrá de China, el 18% (la mitad) de Estados Unidos y el 8% de Europa. Además, habrá que prestar mucha más atención a la zona de Indonesia. ¿Está preparado el mundo de Occidente para ello?
- China es líder mundial en crecimiento urbano y en el desarrollo de infraestructuras, con una fuerza de expansión de sus recursos hacia el exterior a más de 65 países. La idea es viabilizar el comercio exterior de China a lo largo de Asia, Medio Oriente, África y Europa. Su proyecto funciona con la financiación de bancos estatales chinos en colaboración con otras instituciones.
- China tiene como objetivo el convertirse en una potencia mundial verde. El gigante asiático mostró su intención de destacarse en la lucha contra el cambio climático, después de firmar el acuerdo de París en 2015. Para el año 2025, la mayoría de los nuevos coches en China serán vehículos totalmente eléctricos. Por otra parte, China ha adoptado una política contundente para eliminar el uso del carbón como energía. Cerca del 60% de los trenes de alta velocidad que circulan por el mundo lo hacen en China. Además, se ha comprometido a lograr que sus cielos recobren el color azul en sus principales ciudades dentro de tres años, de hecho, ya se han notado cambios visibles en el aire de Beijing.
- China está marcando el ritmo mundial en la economía digital, incluidos los pagos sin dinero en efectivo. En las grandes ciudades chinas, hasta el 90% de las transacciones comerciales y al por menor se realizan a través de Alipay y Wechat. Con respecto al E-commerce, las entregas de mercancías con Alibaba son actualmente las más rápidas del mundo. Alibaba ha llegado a hacer ventas en un día por valor de US$25 mil millones, eclipsando los rendimientos del viernes negro y lunes cibernético de Estados Unidos.
- Las universidades chinas ya se están situando entre las mejores de los rankings internacionales. La Peking University y la Tsinghua University, dos centros académicos que hasta hace poco estaban muy por debajo del puesto 200 en consideración mundial, en solo cinco años se prevé que estarán entre las 30 mejores. Hay otras 40 universidades chinas que no están muy atrás, listas para saltar a la élite. Todo ello hará que pronto los estudiantes chinos no vayan a buscar formación de calidad a Norteamérica o Europa occidental.
Al mismo tiempo, Occidente parece dormido, aunque se estén registrando buenos niveles de prosperidad y conectividad sustentados por el orden liberal mundial. El problema son los riesgos sistémicos que sobrevienen, el aumento de vulnerabilidad general, la desigualdad existente, el ascenso de los populismos y el asentamiento de nacionalismos económicos.
Estamos obsesionados con el sostenimiento de las democracias y de los principios en los que se basan, sin darnos cuenta que ahora mismo nos hacen falta compromisos estructurales y dar cabida a múltiples sistemas de valores.