Alan García y las historias de otros líderes de gobierno que se suicidaron

86
falleció el expresidente de Perú

Hoy miércoles falleció el expresidente de Perú, Alan García, quien temprano se hizo un disparo a la cabeza, momentos antes que fuera detenido en su residencia por orden de la Justicia por supuestos delitos de corrupción vinculados al caso Odebrecht.

Durante el Siglo XX y XXI, varios jefes de Estado han decidido quitarse la vida por diversas razones, incluyendo acusaciones por corrupción. Veamos, a modo de resumen, los casos más notables y las razones del suicidio.

Adolf Hitler (1945)

La historia de Adolf Hitler como líder del partido Nazi en Alemania es ampliamente conocida. Conquistó gran parte de Europa y cometió innumerables asesinatos y genocidios. Luego de la invasión de Normandía por parte de los aliados y el contraataque de Rusia desde el este, Alemania perdió la guerra. El 30 de abril de 1945, mientras los rusos se acercaban a la cancillería del Reich, Hitler se pegó un tiro en la cabeza en un búnker y su esposa rompió una cápsula de cianuro en su boca.

Getúlio Dornelles Vargas (1954)

Fue presidente brasileño durante varios períodos desde 1930-1945. El último, desde 1937 a 1945 ejerció la presidencia de manera dictatorial y fue depuesto por un golpe de estado. En 1951 volvió a la presidencia democráticamente hasta su muerte en 1954. Sobre su muerte se sabe que sus aliados más cercanos provocaron una crisis gubernamental con el intento de asesinato de su adversario político principal Carlos Lacerda. Las fuerzas armadas reaccionaron pidiendo su dimisión y Vargas, al ver que perdía el control de la situación decidió quitarse la vida. Dejó una nota en la que decía: “Serenamente, doy mi primer paso en el camino a la eternidad. Dejo la vida para entrar en la historia”.

Salvador Allende (1973)

Allende fue un político demócrata socialista y primer Marxista elegido como presidente de una democracia liberal en América Latina. Su mandato desde 1970 a 1973 culminó con su muerte de un disparo en la cabeza. Muchas conjeturas y especulaciones rodearon su muerte debido al golpe de estado de Augusto Pinochet, a quien acusaron de su muerte. No obstante, varias autopsias determinaron que se había tratado de un suicidio.

Oscar Soto Guzmán, doctor personal de Allende fue el primero en afirmar que se había tratado de un suicidio. El presidente fue encontrado en un sofá con un tiro en el mentón y una AK-47, regalo de Fidel Castro, en el piso. Las críticas llovieron hacia el doctor Soto Guzmán, pero en el 2012, un equipo de científicos forenses volvió a realizar una autopsia al cuerpo exhumado de Allende y estableció que efectivamente se había tratado de un suicidio.

Silvestre Antonio Guzmán (1982)

Fue el presidente de República Dominicana desde 1978 hasta 1982 por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Su gobierno estuvo manchado de denuncias de corrupción que aparentemente lo llevaron hasta la depresión. En varias ocasiones, Guzmán mostró grave preocupación por el futuro del país, y el propio Hipólito Mejía lo vio llorar. Unos dos meses antes de que terminara su mandato, Antonio Guzmán se suicidó en el Palacio Nacional.

Lazarus Salii (1988)

Presidente del archipiélago de Palau en el Océano Pacífico desde 1985 a 1988. Fue encontrado muerto en su casa con un revolver .357 Magnum y un casquillo vacío cerca. En principio se pensó de que se había tratado de un asesinato, por estar de acuerdo con la ayuda económica de Estados Unidos supuestamente a cambio de bases militares y armas nucleares en las islas. También se le acusaba de varios casos de corrupción. Posteriormente se determinó que se había tratado de un suicidio. El caso nunca se aclaró del todo, pero un reporte del New York Times de 1988 cuenta que la policía de Palau en entrevistas no encontró ningún indicio de que personas hubiesen forzado la entrada hacia el hogar, tampoco los vecinos vieron a alguna persona en las cercanías. El reporte de su muerte dice que Salii falleció a las 2:30 de la tarde mientras su familia se encontraba almorzando en un restaurante.

Pierre Eugène Bérégovoy (1993)

Fue el Primer Ministro de Francia durante la presidencia de François Mitterrand desde 1992 a 1993. El 1 de mayo del 1993, Pierre se disparó. Sus amigos dijeron que la depresión lo ocupaba por haber perdido las elecciones legislativas de marzo de ese año en las que el Partido Socialista solo ganó 67 de 577 asientos. También se le estaba investigando sobre un préstamo sin intereses de un millón de francos que recibió de un empresario y amigo cercano, Roger-Patrice Pelat.

Mahmoud Zuabi (2000)

Primer Ministro de Siria desde 1987 al 2000 durante la presidencia de Hafez Assad. Apostó por un gobierno de inclinación socialista en el cual los únicos ingresos provenían del petróleo. Luego de que Assad se enfermó, el hijo, Bashar Assad se puso de acuerdo con el padre para eliminar a Zuabi de cualquier aspiración de sucesión. El 7 de marzo del 2000, Mahmoud fue sustituido por Mohammed Mustafa Mero. Un mes después Assad padre expulsó a Zuabi del partido y le acusó de recibir comisiones de la compañía Airbus francesa por la compra de unos jets para Arab Airlines en el año 1996. A pesar de que la compañía francesa negó haber pagado sobornos, Zuabi fue puesto en arresto domiciliario y sus activos congelados. Días después se suicidó de un disparo para evitar ir a juicio.

Roh Moo-hyun (2009)

Fue el presidente de Corea del Sur desde el 2003 al 2008. Ayudó a una generación a convertirse en activistas políticos, a la que se le conoció como “La Generación 386”, por haber nacido en los 60, estudiado en los 80 y participar activamente en la política en contra del autoritarismo y a favor de una conciliación con Corea del Norte.

Pero luego de su salida del poder, fue acusado junto a familiares de recibir sobornos de compañías multinacionales.

Poco tiempo después, Roh se lanzó desde un precipicio de al menos 45 metros de alto. La policía encontró una nota en su computadora que decía: “Estoy en deuda con tanta gente. He causado una carga demasiado grande sobre ellos.

No puedo empezar a comprender las innumerables agonías en el camino. El resto de mi vida solo sería una carga para los demás. No puedo hacer nada debido a la mala salud.

No puedo leer, no puedo escribir. No estén tristes. ¿No es la vida y la muerte una parte de la naturaleza? No lo sientan. No sientan resentimiento hacia nadie.

Es el destino. Crémenme. Y dejen solo una pequeña lápida cerca de la casa. He pensado en esto durante mucho tiempo.”

Fuente: diariolibre.com